Recopilacion de Victor Aguilera Ildefonso
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El Legado del Amor a Dios

Parajes desolados unen nuestras voces en un eco replicante de vida, lleno de tradiciones, de nuestra vida forjada bajo el desértico aroma de nuestras tierras y extraída de aquellos tesoros que muy pocas veces nos atrevemos a valorar, aquellas raíces de quienes llevaron en su sangre la idea firme de que cada día amparados por el amor de Dios la vida seria mejor.

Cada tradición nace de la sabiduría popular de nuestra gente, de aquel conjunto de bienes culturales que cada generación hereda de las anteriores, de aquella preciada herencia que nuestros Padres y Abuelos dejaron como esencia de vida, como costumbre familiar y social, aquel legado que aun en nuestros días florece en medio del desierto en una singular explosión de recuerdos propios de nuestra Tierra de sol y cobre.

Somos entonces fruto de aquellas raíces fundadas en la fe, de aquel caminar Cristiano que como pueblo de Dios mantenemos día a día, de aquel esplendor que renace cada fin de año en espera de Jesús hecho hombre, que humilde en un pesebre llena miles de corazones esperanzados y atentos a su llamado.

Así, en medio de una fecha que marca un antes y un después en la vida diaria, es que logramos descubrir de los ecos profundos de nuestra gente aquellas tradiciones que aun en el tiempo mantienen vivos los mas bellos tesoros propios de nuestra Ciudad, aquellas hermosas formas de expresión que se han hecho parte de la identidad de una ciudad creciente, dentro de una cultura en desarrollo pero que en el fondo aun intenta aferrarse a aquellos sentimientos que ya por cerca de una década ha movido nuestra fe.

Aparecen entonces esparcidos pero nunca olvidados, ni por formas, ni por sectores, aquellos pesebres que nos invitan a ser parte de algo mas que una tradición, nos invitan a ser parte de una entrega familiar, de un regocijo de buenos sentimientos, de alegrías y de ganas de compartir, y como no compartir esta celebración?... si estamos rodeados por la gracia de Dios.

Aquel pequeño niño a imagen y semejanza de nuestro amor a Dios nos acoge con su ternura y espera con ansias la llegada de su celebración, los preparativos son extensos pues para el año venidero cada familia debe volver a prepararse para enaltecer la gloria de Dios en su Nacimiento, una preparación que es parte de nuevas semillas y que germina en la entrega plena del alma, por ello nos llamamos miembros de Dios hecho hombre, pueblo cuya religiosidad popular forja bajo el amparo eclesial los llamados Nacimientos en Calama.


Son llamados Nacimientos por su contexto central “El nacimiento de Jesús” y por sobre todo por ser parte esencial de un renacer de esperanza, de aquella percepción de emociones que nos recuerdan en la imagen de la sagrada familia Jesús, María y José, aquel amor profundo que como familia debemos mantener.

Abiertos a la comunidad la preparación de cada nacimiento comienza mucho antes en donde todos los detalles son analizados por las comunidades, familias y bailes religiosos que componen estos mismos, la coordinación económica junto a los proyectos y metas por alcanzar logran su pleno efecto llegando la fecha tan esperada “Noche Buena”, pero, no todo es tan simple como para llegar a esa noche esperada todo un año, hay también una gran preparación espiritual que logra sensibilizar y educar en la fe a los integrantes de estas expresiones, es así que al termino del mes de María comienzan las ultimas diligencias para la apertura del nacimiento.
                          
Llegando el día 16 de diciembre se da pie a la Novena del niño Jesús, tradición que nos llama a preparar nuestro espíritu para recibir de los brazos de María a su hijo amado, aquel nacido en Belén, son nueve días en que aquellas antiquísimas figuras de nuestro pesebre son instaladas en nuestro Nacimiento, nueve días en que la sabiduría del tiempo y de quienes siguen esta tradición pasa a ser enseñanza para las generaciones venideras, en donde la mistura de recuerdos y significados queda latente en la retina de hijo y nietos.

Cada día con un significado especial, acompañando a la sagrada familia en oración, recorriendo junto a ellos los parajes bíblicos de la anunciación, el viaje a Belén y la nobleza de José, así hasta llegar a su nacimiento el día 24 de diciembre.

La llegada de Jesús en medio de cantos se celebra en su máximo esplendor en la “Misa de Gallo”, oficio tradicional de la iglesia y celebración máxima de la fe de un Pueblo atraído por la esperanza de la celebración junto a la comunidad y por sobre todo por el compartir familiar, aquella misa del reencuentro, de cantos alegres llamados villancicos y miles de imágenes de Jesús que datan de añosos esfuerzos por sobrevivir en medio del silencio.



Victor Aguilera Ildefonso
Victor Aguilera Ildefonso (Vick)

Victor Aguilera Ildefonso (Vick)

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